Por Edda Diz Garcés
No conforme con robar a los contribuyentes norteamericanos en nombre de su obsesión por Cuba, ahora George W. Bush quiere engatusar a otros en el mundo para crear un Fondo Internacional para acelerar la transición hacia la “democracia”, según anunció en su más reciente discurso anticubano.
Lo difícil es que alguien aún le crea. Es público y notorio el mal uso dado a precedentes fondos con similares propósitos, acompañado de escándalos como el que estalló a raíz de una auditoría realizada el año pasado para investigar cómo el gobierno federal y sus agencias administran el presupuesto federal y la eficacia con que ejecutan sus funciones y programas.
Pues resulta que al revisar cómo fueron utilizados los recursos millonarios asignados por Estados Unidos para promover la subversión dentro de la Isla y pagar a sus mercenarios, la Oficina de Auditoría del Gobierno (GAO) publicó un informe de 63 páginas titulado: "La asistencia a la democracia en Cuba necesita mejor administración y supervisión".
Según se supo entonces, más de la mitad de ese dinero nunca llegó a su destino, sino que permaneció en Miami, engrosando las cuentas personales de los cabecillas de la contrarrevolución y el terrorismo contra nuestro pueblo. Otra parte se utilizó para dudosas compras de juegos de Nintendo y Playstations, una bicicleta de montaña, conservas de cangrejo, una sierra eléctrica, suéteres de casimir y chocolates Godiva… cualquiera sabe para quién.
Las explicaciones fueron todo un chiste: abrigos de piel carísimos para un inexistente frío intenso en la calurosa ínsula, chocolates finísimos “para gente que se está muriendo de hambre”, vídeo juegos para “entretener” a los aburridos “disidentes”, en resumen, como dijo Frank Hernández Trujillo, director ejecutivo del denominado Grupo de Apoyo a la Democracia, en Miami: ''Es parte de nuestro trabajo: demostrarle al pueblo cubano lo que podría conseguir si no estuviera viviendo bajo el sistema [comunista]''.
Hay que aclarar, sin embargo, que no son solo los fondos para Cuba los que siguen tan malos caminos, sino que el robo y el fraude son consustanciales al gobierno de Estados Unidos, como lo demuestra lo ocurrido con el dinero supuestamente dedicado a la reconstrucción de Iraq tras el desastre material y humanitario ocasionado por la invasión y ocupación yanqui.
A principios de este año fue noticia que de los 57 mil millones de dólares presuntamente para tal objetivo, uno de cada seis fue empleado de forma fraudulenta, es decir, unos 10 mil millones de dólares procedentes de las arcas gubernamentales de Estados Unidos se perdieron en recargos y gastos no justificados llevados a cabo por las distintas empresas contratistas, según revelaron los datos presentados por una auditoría de la Oficina de Control del Gobierno, del Pentágono y del Departamento de Estado.
Con tales antecedentes, cabría preguntarse si habrá aún ilusos en este mundo que confíen su dinero al Señor de la Guerra para el anunciado multibillonario Fondo Internacional, encaminado a convertir la lucha por una libertad ya conquistada en otro lucrativo negocio imperial.
miércoles, octubre 31, 2007
¿Más dinero para chocolate y conservas de cangrejo?
Publicado por Edda Diz Garcés, periodista en 1:55 p. m.
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