miércoles, agosto 01, 2007

Otra Proclama de Fidel



La llama eterna

Esta es una reflexión política. Para decirlo más exactamente: es otra proclama. Hoy se cumple un año exacto de la primera, el 31 de julio del 2006. Pero el año transcurrido vale por 10 en cuanto a la posibilidad de vivir una experiencia única que me aportó información y conocimientos sobre cuestiones vitales para la humanidad, que he transmitido con toda honradez al pueblo de Cuba.
Ahora me acosan con preguntas sobre el momento en que volveré a ocupar lo que algunos llaman el poder, como si tal poder fuera posible sin independencia. Hay un poder real y destructivo en el mundo, emanado de un imperio decadente que a todos amenaza.
El propio Raúl se ha encargado de responder que cada decisión importante a medida que me iba recuperando era consultada conmigo. ¿Qué haré? Luchar sin descanso como lo hice toda la vida.
Al cumplirse un aniversario de la Proclama, comparto con el pueblo la satisfacción de observar que lo prometido se ajusta a la inconmovible realidad: Raúl, el Partido, el Gobierno, la Asamblea Nacional, la Juventud Comunista y las organizaciones de masas y sociales, encabezadas por los trabajadores, marchan adelante guiados por el principio inviolable de la unidad.
Con la misma convicción, seguimos batallando sin tregua por liberar de cruel y despiadada prisión a los Cinco Héroes que brindaban información sobre los planes terroristas anticubanos de Estados Unidos.
La lucha debe ser implacable, contra nuestras propias deficiencias y contra el enemigo insolente que intenta apoderarse de Cuba.
Este punto me obliga a insistir en algo que no puede ser jamás olvidado por los dirigentes de la Revolución: es deber sagrado reforzar sin tregua nuestra capacidad y preparación defensiva, preservando el principio de cobrar a los invasores en cualquier circunstancia un precio impagable.
Nadie se haga la menor ilusión de que el imperio, que lleva en sí los genes de su propia destrucción, negociará con Cuba. Por mucho que le digamos al pueblo de Estados Unidos que nuestra lucha no es contra él ―algo muy correcto―, este no está en condiciones de frenar el espíritu apocalíptico de su gobierno ni la turbia y maniática idea de lo que llaman “una Cuba democrática”, como si aquí cada dirigente se postulara y eligiera a sí mismo, sin pasar por el riguroso tamiz de la abrumadora mayoría de un pueblo educado y culto que lo apoye.
En reflexión anterior mencioné nombres históricos: Martí, Maceo, Agramonte, Céspedes. Para el recuerdo permanente de la interminable lista de caídos en combate, o de los que lucharon y se sacrificaron por la Patria, Raúl encendió una llama que arderá eternamente, al cumplirse 50 años de la caída de Frank País, el joven héroe de 22 años cuyo ejemplo nos conmovió a todos. La vida sin ideas de nada vale. No hay felicidad mayor que la de luchar por ellas.
Fidel Castro Ruz
31 de julio del 2007
5:35 p.m.

martes, julio 31, 2007

La Bandera y el Himno de Cuba 59 veces protagonizaron las premiaciones en los Panamericanos


Como acaba de decir Fidel, "a pesar de todo" lo que quisieron nuestros enemigos y lo que hicieron los mercachifles, los mercenarios del deporte... Cuba alcanzó el primer lugar en atletismo, con 12 medallas de oro, y el segundo por países en los XV Juegos Panamericanos con 59 medallas de oro en total, después de Estados Unidos, que obtuvo 97; es decir EE.UU. obtuvo 1,64 medallas de oro por cada una de las obtenidas por nuestro país. Pero Estados Unidos tiene 26 veces más habitantes que Cuba. Según cálculos conservadores, ellos lograron una por cada 3,09 millones de habitantes; nosotros, una por cada 195 000.

Y para emoción y orgullo de los 11 millones de cubanos que minuto a minuto seguimos las incidencias de los Juegos Panamericanos en Río de Janeiro, en particular cuando un equipo de la Isla disputaba una medalla, en 59 ocasiones se escucharon las combativas notas del Himno Nacional de Cuba. ¡A pesar de todo!

viernes, julio 27, 2007

Campeones de la DIGNIDAD: Segundo Lugar Panamericano, Primer Lugar Latinoamericano




LLegan miembros de la delegación cubana a los XV Juegos Panamericanos con su misión cumplida y el pecho cargado de medallas, pero sobre todo de orgullo y alegría por el lugar alcanzado en nombre de los 11 millones de cubanos, de un pequeño país bloqueado por la potencia mayor y más agresiva de toda la historia, pero que tiene una moral y una dignidad más alta que el Himalaya.

CUBA: 59 medallas de Oro

jueves, julio 26, 2007

Fidel, presencia no solo simbólica

Para las agencias noticiosas internacionales la noticia fue: Castro no estuvo presente en la celebración del Día de la Rebeldía Nacional, este 26 de Julio, en la ciudad centroriental de Camagüey. Sin embargo, Fidel no estuvo físicamente pero estuvo su obra, no sólo simbólicamente, sino de manera tangible, que los cubanos podemos tocar con las manos todos los días.
El propio discurso del Primer Vicepresidente, Raúl Castro, es una demostración de la fortaleza de la Revolución en todos los órdenes: transparente, directo, valiente, sincero, firme, realista y optimista. Eso sólo puede hacerlo un líder ante un pueblo unido, consciente, culto, como lo es el pueblo cubano, que ha aprendido a pensar con cabeza propia y a decidir su destino, aun cuando ha tenido que resistir embates de todo tipo, derivados especialmente del bloqueo económico y las agresiones de EE.UU. Pero sabe que tiene una obra que defender,y la defiende con uñas y dientes. Y el artífice de esa obra, junto a Raúl y el pueblo, es sin dudas Fidel.

martes, julio 24, 2007

Cuba feliz

Razones sobran para que los cubanos estemos felices. A punto de celebrar el 26 de Julio en la hermosa ciudad de Camagüey, todo el país está de fiesta, entre carnavales, playa, rock y conciertos de todo tipo, ferias, y la carga de medallas bien ganadas en los Juegos Panamericanos de Río, cuyas incicencias siguen millones en la Isla frente a los televisores, jugada por jugada... Sin estar viendo las incidencias de las competencias cualquiera sabe si los nuestros están ganando o perdiendo, según haya un silencio que puede cortarse con un cuchillo, o una gritería que rompe los tímpanos a cualquiera... y después los comentarios durante todo el día siguiente a la victoria, o si no la hay, pues la seguridad de que en la próxima saldremos mejor parados, pero siempre optimistas y confiados en que el deporte cubano, que comenzó a despegar a partir de 1959 con el triunfo de la Revolución, levantó vuelo y lo hace cada vez más alto. Ello lo confirman, entre tantas otras cosas, los intentos enemigos por desvirtuarlo, por incitar a nuestros atletas a desertar, a venderse por un puñado de dólares, y cuando algunos de aquellos que llegaron a ser grandes deportistas gracias al sistema social cubano que se lo permitió, traiciona la confianza que en ellos depositó la afición nacional, lo ponderan sin ningún rubor, mientras tratan de opacar toda la luz y el brillo de una obra cuya llama es eterna, quiéranlo o no los que nos odian.

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